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Comisión Tacuarembó por la vida y el agua
Declaración:
Tacuarembó 28 de octubre de 2013
“Vox populi, vox dei”. – Hesíodo siglo Viii
(“La voz del pueblo es la voz de Dios”)
Hace ya varios días nos enterábamos que La Corte validó las más de 13.000 firmas presentadas por La Comisión Tacuarembó por la vida y el agua, y dijo además que eran suficientes para habilitar el plebiscito. Esto nos dio una alegría inicial de que nuestro trabajo, con la participación activa de decenas de vecinos que salieron en forma espontánea y anónima a juntar firmas en cada rincón de nuestro departamento, había sido bien hecho, y solo quedaba por esperar que La Corte habilitara el plebiscito.
Con gran sorpresa, el jueves pasado trascendía a la opinión pública a través de la prensa, el rechazo de La Corte Electoral al plebiscito departamental, para que los tacuaremboenses podamos decidir si queremos o no minería metalífera a cielo abierto en nuestro territorio.
Queremos dejar clara nuestra opinión. La decisión de la Corte estuvo para nosotros impregnada por una decisión política, mucho más que jurídica. No es casualidad que la votación entre los ministros haya sido dividida, 5 ministros negaron el plebiscito, mientras los otros 4 lo apoyaron. Seguimos sosteniendo, es un derecho consagrado en nuestra Constitución los plebiscitos departamentales y el ordenamiento del territorio en cuanto a la clasificación de los suelos, es una potestad del departamento y no del gobierno nacional como lo establece claramente la ley de ordenamiento territorial.
Es por esto que la decisión de La Corte, es para nosotros un hecho gravísimo. Es en primer lugar el desconocimiento a la voluntad popular de más de 13.000 vecinos de Tacuarembó, lo que constituye en sí mismo un ataque al derecho soberano e inalienable del pueblo a decidir sobre su destino.
Como dijo Hesíodo, el gran poeta griego del siglo VIII, vox populi, voxdei, La voz del pueblo, es la voz de Dios. Porque cuando el pueblo decide en forma soberana se vuelve protagonista de su historia.
En este caso, los vecinos de Tacuarembó, reclamamos algo tan simple pero fundamental, queremos informarnos, queremos discutir, queremos decidir. Estos derechos nos han sido negados desde una sala en la ciudad vieja, a 400 kilómetros de distancia de nuestro pago, en la toda poderosa metrópolis Montevideo. En sus cómodos sillones, con sus respectivos secretarios personales, 5 de los nueve ministros de La Corte, nos dijeron “no”. No es la primera vez, y seguramente no será la última, en que el poder central, solo nos ve como proveedores de lo que necesita la insaciable Montevideo, y a los habitantes, sobre todo los que estamos al norte del Río Negro, como pertenecientes a una segunda categoría de ciudadanos.
Y no decimos esto solo por la decisión de negar el plebiscito por parte de La Corte, sino por el hecho poco prolijo y poco respetuoso de las formas, a la hora de comunicar dicha decisión los señores ministros. Insólitamente revelaron a la prensa la información, sin haber emitido formalmente y por escrito su decisión, sin hacerla llegar, antes de hacerla pública, al presidente de La Junta Departamental de Tacuarembó, Augusto Sánchez como correspondía, que al igual que nosotros se enteró por la prensa. Señores ministros, no es así como se trata a nuestro órgano representativo departamental.
Queda ahora en manos de los señores ediles, defender y hacer respetar la decisión ciudadana y reivindicar el derecho de los tacuaremboenses a decidir sobre su territorio. Ya existen presentados proyectos en la Junta fieles al sentir popular y sabemos que los mismos vienen siendo retomados por las bancadas. Es una oportunidad histórica de que nuestros ediles, al igual que sus colegas de Lavalleja y seguramente en los próximos días de Paysandú y Treinta y Tres, frenen este atropello, y se pongan del lado de la defensa de nuestra forma de vida, se pongan del lado de la gente.