reflexiones para la ANP Sauce

ANP Sauce – Algunas reflexiones sobre el punto 3 – “Planificación del 2013. Estrategias de acción” (Eduardo Caneli)

Las contribuciones sobre el punto 3 proponen posibles actividades para este año. Esta reflexión intenta complementar estas propuestas, sugiriendo que a futuro la ANP podría elaborar un plan estratégico que guíe y estructure todo su accionar. Esto implicaría definir objetivos concretos para el período (a corto y mediano plazo) y después, en función de esos objetivos, identificar los medios más adecuados para lograrlos (pasos, acciones, etc.). Un plan estratégico de este tipo podría ser de gran utilidad porque: a) la definición de objetivos generaría un rico proceso de intercambio colectivo; b) identificaría metas concretas que den rumbo al accionar del movimiento, que a su vez c) serviría para evaluar el accionar de la ANP a la hora de hacer un balance de su actuación (Ej. logramos las metas que nos propusimos?).

Como la elaboración de un plan estratégico de estas características requiere mucha planificación, discusión e intercambio (por lo cual está fuera de los objetivos de la ANP Sauce) la idea se pone a consideración de todos y todas para futuras reuniones de la ANP. No se sugiere que la ANP no se esté pensando en términos estratégicos. De hecho varias de las propuestas para ésta asamblea identifican objetivos/medios para corto y mediano plazo. Por ejemplo, a mediano plazo, los compañeros de Sauce señalan la necesidad de lograr mayor visibilidad, crecimiento e incidencia. A corto plazo hay propuestas sobre organización (creación de zonas, nombrar “representantes”, etc.), relacionamiento con otros actores (con quién relacionarse y con quién no) y comunicación (que medios utilizar, que tipo de actividades mediáticas implementar, etc.). Teniendo en cuenta la necesidad de aumentar la visibilidad, crecimiento e incidencia de la ANP se comparten más abajo algunas ideas para pensar las posibles políticas de alianzas, de comunicación y de acción del movimiento. Se pide disculpas de antemano si la interpretación de la realidad o de las necesidades de la ANP es errónea o desacertada.

Política relacionamiento (alianzas)

Por su propia naturaleza, los movimientos sociales cuentan con militantes (que organizan y dinamizan al movimiento), simpatizantes (que se identifican con los objetivos y participan en alguna marcha o firman alguna petición pero que no van mas allá de eso) y aliados circunstanciales para acciones puntuales conjuntas (que pueden estar de acuerdo con algunas o con todas las demandas del movimiento). Cada uno de éstos actores tendrá una relación particular con el movimiento, la cual puede cambiar con el tiempo, y no todos se integrarán formalmente a la ANP o tendrán el mismo nivel de militancia y compromiso que los militantes. Una política de alianzas debería entonces a) identificar aquellos colectivos (o individuos) que potencialmente puedan integrarse a la ANP o convertirse en aliados coyunturales o en simpatizantes, y en base a eso b) definir una estrategia de acercamiento para cada uno de ellos. Sería bueno salir a buscarlos proponiendo actividades en conjunto y no esperar que ellos se acerquen. Los colectivos/individuos pueden ser asociaciones, sindicatos, movimientos, ONGs, investigadores, técnicos, personalidades, grupos estudiantiles, murgas (la Gran Muñeca con mensaje ambientalista?), grupos culturales, etc. que tengan afinidades con algunos de los objetivos de la ANP (no necesariamente con todos). Algunos aliados, como los investigadores o técnicos, por ejemplo podrían dotar al movimiento de mayor legitimidad si sus informes o declaraciones avalan las posiciones de la ANP, sin necesariamente integrarse formalmente a la ANP (si lo hacen mejor!).

El tema de las relaciones con actores institucionales siempre genera fuertes polémicas. La reflexión apunta a lo siguiente: si bien los movimientos sociales se gestan y operan autónomamente desde la sociedad–desde espacios que no son burocrático-institucionales–esto no implica necesariamente que por principio no interactúen con esferas/actores institucionales. Es más, para los movimientos que buscan tener incidencia a nivel nacional, el relacionamiento con actores institucionales (ministerios, universidades, parlamento, juntas gubernamentales, partidos, etc.) resulta casi inevitable.1 El tema es como se maneja dicho relacionamiento y cuán consolidados están los valores y principios del movimiento. La misma práctica de la ANP así como las contribuciones presentadas para la reunión en Sauce afirman una serie de valores y principios importantes—horizontalidad, diversidad, transparencia y autonomía entre otros— que marcan la esencia de la ANP y que la diferencian de los partidos políticos y otras organizaciones más formales y burocratizadas. Partiendo de éstos principios, la ANP se constituye como una esfera de coordinación de una amplia gama de colectivos (e individuos), conformando una especie de “movimiento de movimientos”. Si éstos principios y valores están sólidamente arraigados, el contacto con lo institucional no necesariamente debería “corromper” o “matar” al movimiento. Por el contrario, dicho contacto podría dotar de mayor incidencia al movimiento siempre y cuando se maneje con transparencia y con autonomía y siempre desde el espacio no-institucional donde nació y creció el movimiento.

Política de comunicación

La política de comunicación de la ANP debería necesariamente estar directamente relacionada con su política de alianzas. Debería definir a) las audiencias a las cuales se dirigen sus mensajes; b) el contenido de lo que se quiere comunicar a éstas audiencias; y por último c) los instrumentos/vehículos necesarios para diseminar el mensaje (la mayoría de las contribuciones sobre el tema comunicación se refieren a éste último punto). El tema de las audiencias (en plural) se relaciona con los potenciales aliados o simpatizantes discutido más arriba. El contenido del mensaje de la ANP es claro y coherente. Propone una interpretación acerca de la realidad del Uruguay de hoy, afirmando lo que considera justo/injusto, deseable/indeseable. La ANP ofrece un marco interpretativo que: a) cuestiona cierta situación (el impacto socio-ambiental de ciertas políticas); b) atribuye culpabilidad o responsabilidad (capitalismo, neo-imperialismo, ideas de desarrollo, políticas de gobierno) y c) plantea algunas soluciones (otro modelo más justo y sustentable). Además, la ANP tiene principios operativos bien establecidos (horizontalidad, diversidad, transparencia, autonomía) que definen su identidad como movimiento y que también son parte de su mensaje.

El desafío es encontrar formas comunicativas que traduzcan la compleja problemática que preocupa/compone al movimiento (y la amplia gama de propuestas plasmadas en la proclama) a ideas e imágenes más simples y de fácil entendimiento que tengan resonancia con el pueblo en general o con los potenciales aliados en particular. Sin ése proceso de destilación o de traducción del mensaje, el movimiento puede perder efectividad comunicativa, devaluando su visibilidad, su capacidad de captación y su política de alianzas. Surge entonces la necesidad de pensar cómo afinar el mensaje en función de los grupos con los cuales nos queremos comunicar para que tenga mayor resonanciacon potenciales aliados o simpatizantes. Muchos de los volantes y materiales producidos para actividades recientes contribuyen ideas claras en esta dirección. El mensaje también podría fortalecerse utilizando selectivamente datos provenientes de estudios o informes técnicos o haciendo referencia a experiencias en otros países.

Política de acción – actividades y estrategias de lucha

Otro tema que surge de la discusión de estrategia es dónde y cómo debe operar el movimiento. Los compañeros de Sauce sugieren que ”necesitamos tener un eco político/institucional…que le dan un cauce a las presiones y la agitación.” En otras palabras, la ANP se mueve con autonomía en la esfera no institucional buscando a su vez incidir en el plano institucional para cambiar políticas y orientaciones gubernamentales. A partir de este objetivo, se podría distinguir entre los tipos de actividades (marchas, actos culturales, peticiones, plebiscitos, cortes de ruta, etc.) y las diferentes estrategias de lucha que priorice el movimiento (movilización callejera, lucha legal, cabildeo, negociación, etc.). En términos de estrategia, la ANP podría privilegiar una sobre las otras (Ej. la presión callejera) o impulsarlas simultáneamente si considera que estas son complementarias.

1 Por ejemplo, y salvando las diferencias contextuales, el MST en Brasil mantiene una política de clara confrontación con el estado y mientras que simultáneamente entra en constante negociación con el estado para concretar sus demandas [por ejemplo, para recibir el titulo legal de las tierras ocupadas o para lograr los servicios necesarios para vivir en ellas (escuelas)]. En esta dialéctica confrontación-negociación reside la vitalidad y la efectividad del movimiento.

 

i Soy Uruguayo residente en Canadá desde hace casi 40 años, docente de la Universidad de York en Toronto y afiliado al Centro de Investigación sobre América Latina y el Caribe de dicha universidad. Estoy en Uruguay investigando los conflictos socio-ambientales generados por las políticas de “desarrollo” del gobierno del Frente Amplio y las respuestas de la sociedad organizada a dichas políticas. Apoyo plenamente los objetivos y principios de la ANP y desde mi llegada a Uruguay en octubre del año pasado he participado en las actividades y reuniones del movimiento. Esta reflección pretende ser respetuosa de la amplia gama de opiniones que coexisten dentro de la ANP y es consciente que se hace un poco “desde afuera”. Email: ecanel@yorku.ca.